CLASE 4, MODULO 2 CRIMINALISTICA.
¿Qué estudia la criminalística?
En criminología, se denomina control
social a la influencia que ejercen determinados elementos componentes de una
sociedad, en la forma de comportarse de sus asociados. Así por ejemplo, si un
ser humano nace y crece en solitario, sin roce ni relaciones intragrupales, no
tendrá controladores sociales, por lo que en relación a una cultura
determinada, éste será desviado, pues no se comporta como el resto desasociado,
pero un ser humano que nazca y se desarrolle en un ámbito familiar, obviamente
adoptará como propias, las formas de comportamiento de los demás miembros de la
familia y, si no las adopta en su totalidad, orientará su comportamiento al
menos a comportarse de una forma determinada. Posteriormente a la familia, el
siguiente controlador social lo encontramos en la escuela; la influencia que
ejerce la forma como los niños son tratados, educados, orientará su
comportamiento. De esta forma, los principales controles sociales que analiza
la criminología son la familia, la escuela, la iglesia y el gobierno, pero
existen muchos más como la moda, la música, las series de televisión, etc.
La
criminología estudia al:
1.-
Delincuente:
En una
cuestión Bio – Psico – Social
2.-
Victima
a) Culpable: Si provoco que fuera victimizada,
por ejemplo: salir en la noche sola, con muchas alhajas, probablemente le
roben.
b) No
culpable: Se cuidó bastante para no ser una víctima, pero por coincidencia
encontró a alguien que podría delinquir en contra de él o ella.
c)
Inocente: Cuando la víctima y el victimario se conocen.
3.-
Institutos de persecución
Seguridad
pública, Ministerio Publico.
4.-
Políticas Criminales
Número de
patrullas, armas, prevención del delito. Leyes más severas.
5.- Leyes
– Normas.
6.- Costo
– economía.
*Los
puntos a abordar en un dictamen criminológico son:
La peligrosidad, adaptación
Perfil psicológico, geográfico, lingüístico,
antropológico, económico, sociológico.
Los
aportes de Durkheim y Merton son retomados por la escuela sociológica de
Chicago y especialmente la teoría de la asociación diferencial de Surtherlandl,
quien señala que la conducta criminal se aprende en la interacción con otras
personas, en un proceso de comunicación, vale decir, en contactos con modelos
criminales, debido a que la delincuencia es una conducta sub-cultural que se
aprehende, como la delincuencia organizada y la delincuencia juvenil.
El
interaccionismo se ubica en el campo de la reacción social, es decir, la
relación entre el hecho y la sociedad, denunciando que los procesos de
etiquetamiento provocan la criminalización y de ella surge la delincuencia
porque el establecimiento de normas y leyes depende de los grupos en el poder.
El
interaccionismo propone que cuando el individuo es detenido, es también
etiquetado por los grupos de poder pero también por él mismo, por un cambio
profundo en su identidad pública, y que la pertenencia al grupo solidifica una
identidad desviante. Así, el delincuente es el individuo etiquetado y
estigmatizado por los grupos sociales en el poder y las normas jurídicas sirven
para proteger esos valores.
La
teoría sociológica considera al delincuente como víctima social y como víctima
del sistema penal para el etiquetaje de identificación criminal. Entre los
aportes más significativos de dicha corriente se encuentran: la introducción al
concepto de criminalidad desconocida, o cifra negra, de los delitos que no e
denuncian a la administración de justicia; así como las investigaciones sobre
la inmunidad, sobre la criminalidad de cuello blanco o delincuencia económica
que afecta a numerosas víctimas.
La Anomia Social es la crisis que
resulta del menoscabo de los Valores Éticos que se extiende desde el
seno de una estructura o sistema social determinados, hasta el núcleo
familiar más aislado. La Anomia Social es la visión sesgada de un
grupo social cuyo desarrollo depende de aprovechar en su favor los vacíos
legales, los proyectos sociales, los de salud, los de Ayuda Humanitaria, los de
educación, etc, etc. La Anomia Social se manifiesta
en el estado anímico y en el comportamiento social del grupo
afectado. Es la respuesta a la desesperanza y a las desigualdades
políticas, sociales y económicas; a la corrupción, al nepotismo, a la
injusticia. La Anomia Social transforma el carácter social
del grupo y origina patrones de conducta sociópatas que se gestan en la
ideología dominante y se imponen desde las clases gobernantes y las
instituciones.
En sociedades donde la Anomia Social ha
alcanzado etapas más críticas, el hecho de “morir” está siempre
vinculado al de “matar”: a esos, a esas, a ellos, a ellas, etc. El
factor destructivo que ejerce la Anomia Social
exacerba el dilema de estar vivo; ya que, sublima la pulsión de muerte
entre los individuos y conduce a la sociedad a una suerte de necrofilia
permanente donde tanto el crimen como el suicidio forman parte del devenir
cotidiano. Existe Anomia Social cuando la idea de la muerte es
consecuencia de las condiciones sociopolíticas, socioeconómicas y culturales
(raciales, religiosas) y no es el proceso natural y terminal que consiste en la
extinción de un ser vivo.